Hace 21 años fue derrumbado uno de los lugares emblemáticos

El Mediomundo palpita

Ruben Borrazás

Quienes mandaban en el año 1979 lo pusieron en su mira de guerra, lo abatieron, lo derrumbaron con la saña y la prepotencia de los que se creen dueños de vidas y haciendas.

Antes desalojaron a sus habitantes, se los llevaron en camiones junto con sus pertenencias, alojándolos en los galpones de la ex fábrica textil Martínez Reyna y a otros los trasladaron a la zona de Cerro Norte, que para ellos, acostumbrados a vivir pegados a la costa montevideana era ir a los confines del mundo. Sucedió unos días antes de la Navidad de 1979.

Hoy queda un triste solar en lo que fue Cuareim 1080, una especie de territorio devastado por la dictadura.

Pero en los años en que estuvo en pie, los que vivían en sus piezas honraban la vida, practicando el culto de la amistad y de la solidaridad, en ese patio central que los convocaba a todos entre el gris de unas líneas de piletas de lavar, el rojo de los malvones y el color café con leche de sus paredes.

Una casona construida en el siglo XIX, propiedad de una acaudalada familia uruguaya, cuyos descendientes se encontraban en proceso de sucesión cuando aquélla fue derribada.

La nación del Mediomundo

La historia cuenta que entre 1880 y 1900 los descendientes de las diversas etnias que en épocas de la colonia fueron traídos a Montevideo comienzan a ocupar fincas, alquilándolas por habitaciones, en especial en los denominados barrios Sur y Palermo. Este último fue poblado en sus comienzos — año 1860 — con la llegada de numerosos inmigrantes provenientes del sur de la península itálica.

Ubicados en estas «piezas de cuatro por cuatro», se constituyen bajo la denominación de naciones, con sus colores, sus banderas y en especial con el sonido del tambor. Más picado o más lento, más agudo o más grave.

En 1920 se llegó a contabilizar la formación de 24 naciones, con gran predominancia sobre la costa uruguaya, como si esperaran la llegada de otro barco que los devolviera a las tierras de sus antepasados.

Los personajes históricos

El Mediomundo tuvo personajes y situaciones que formaron parte de la mejor leyenda del barrio Sur.

Fue la cuna de «Añoranzas negras» y de «Morenada» que fundaron los hermanos Silva en 1953 y que salió a la calle con 70 componentes. Una de las piezas del Mediomundo oficiaba de sede y lugar de reunión del «Yacumenza», un equipo de fútbol que supo de bravas tenidas en la Liga Palermo hasta entrada la década del 60.

Por su patio también corrió de niña una morenita simpática y graciosa que con el tiempo haría vibrar sus caderas en los carnavales y todos la conocerían después como Rosa Luna.

El pintor Carlos Páez Vilaró lo frecuentaría tomando a sus personajes y colores, para desarrollar su labor artística compartiendo con sus habitantes, noches de llamadas y repicar de tambores.

También supo el conventillo de visitantes ilustres como los escritores argentinos Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, el director de la Comedia Francesa Jean Louis Barrault y muchos personajes del quehacer artístico.

Juan D’Arienzo, Ary Barroso, Alberto Castillo, Julio Sosa y hasta Pintín Castellanos, el autor de «La puñalada», quien la tajeó en un desvencijado piano colocado en la puerta del Mediomundo.

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